jueves, 14 de febrero de 2008

El club del tupper

Como cada día, salgo de casa cargado con mi tupper. Comer en la oficina se ha convertido en algo habitual en mi vida desde hace años. Por eso, doy las gracias al Sr. Earl Silas Tupper por haber creado en 1938 el tupperware, y a Brownie Wise por su excelente campaña de marketing de demostración que coronó con el invento en éxito de ventas mundial.
Falta de tiempo, menús caros o poco recomendables y una apuesta por la comida casera, han creado la nueva cultura tupper (o taper para los que no sabemos fonética inglesa). Por eso, es habitual que al mediodía seamos multitud los tupperwares que esperamos turno para calentar en el microondas o para sacar de la nevera nuestros refrigerios.
A pesar de que a veces la comida en fiambrera presenta inconvenientes para el paladar, se pueden programar menús diferentes, variados y sanos para cada temporada. No se le puede pedir más a lo que fue llamado el tazón maravilla.
Así que, tupper nuestro de cada día, no nos faltes hoy porque sin ti ya no sé que comería.

Por cierto, se aceptan recetas o sugerencias.

3 comentarios:

El MeLLi dijo...

Y si, asi es la vida señor.

Le cuento que aca por Buenos Aires, donde vivo, la realidad es mas o menos la misma. Comida cara o mala y mucha gente con el tuppper.

Yo no me sumo seguido, basicamente porque soy vago y no quiero cocinar por lo que termino comiendo cualquier porquería que consiga a bajo costo.

Pero además de agradecer al Sr. Tupper no se olvide de agradecer al señor que inventó el microondas y que nos permite comer también comidas calientes.

Hasta pronto.

Alberto dijo...

¿Y que sería de los Tuppers sin un microondas para calentar las comiditas? Desde aqui mi mas sentido homenaje al inventor del horno microondas. El que no haya comido de un tupper este mes que tire la primera piedra :D

Un saludo.

Tesa dijo...

Voy a tirarle a Alberto la primera piedra. Yo tengo jornada partida y me da tiempo a llegar a casa, preparar la comida en el momento, zampármela y salir pitando de regreso al curre.
Reconozco el valor del invento, como el de tantos otros, el microondas, la lavadora... ¡el frigorífico! ¡la bomba que nos sube el agua hasta el sexto piso!
Qué complicado sería vivir sin todas estas cosas a las que nos hemos acostumbrado.
He leído tu comentario "inaugural" en el blog de Hache y he pasado a dejarte un saludo.