martes, 18 de diciembre de 2007

Un nuevo caso del inspector Méndez






Una novela de barrio
Francisco González Ledesma
RBA
Premio Internacional de Novela Negra RBA

Propinas: ¿Qué opinas?

Después de que el Ministro Solbes levantara la polémica sobre la cantidad de céntimos que dejamos de propina cuando tomamos un café, la propina, por si misma, ha saltado a la palestra. Del latín propinare (dar de beber) ha evolucionado a dejar algo más de dinero que el coste del producto servido para beneficio del personal del establecimiento. Pero, ¿es necesario dejar propina? Parece ser que el uso se ha extendido como el medio de agradecer el servicio amable que alguien te ha prestado, pero ¿no se supone que ése es ya su trabajo? ¿Hay qué primar con dinero la eficiencia de quién ya cobra por ello? Según el país donde te encuentres incluso es una obligación y forma parte de los ingresos pactados del equipo de camareros. Poner el plato con el cambio en la mesa, esperar unos segundos más en la puerta en las entregas a domicilio o pedir si se lleva el pico de la cuenta en los transportes en taxi son pequeñas picarescas que esperan la gratitud ingenua de los consumidores. Tal vez, la propina debería volver a su origen etimológico.

Cenas de empresa

El mes de oro de la hostelería barcelonesa llega a su etapa final. No hay empresa que se precie que llegados los últimos días de diciembre no agasaje a sus empleados con una cena de navidad. Todos los restaurantes de todo tipo de condición cuelgan el cartel de reservado para que ante un plato de viandas y una copa de vino, el último en llegar, vea que su jefe (el que paga) come y se emborracha igual que él (o más). Es una de esas tradiciones de las que a veces resulta imposible huir. Este año, inevitablemente volveré a hacer oídos sordos a mi conciencia y acabaré asistiendo a la fiesta que la empresa organiza cada año. El año que viene tal vez no.