martes, 19 de febrero de 2008

Sanitas y la publicidad engañosa

Sanitas deberá indemnizar con 6.000€ a unos padres gallegos por no asegurar a una niña que padecía síndrome de Down. Parece ser que esta compañía aseguradora mostraba en uno de sus anuncios imágenes de una persona con esta enfermedad. Sin embargo, la empresa se negó a suministrarles la solicitud de la póliza, así como la hoja de reclamaciones, a los padres de la niña.
Entramados judiciales aparte, la aseguradora declaró que se sentía "legitimada" para mostrar en sus campañas publicitarias todo tipo de personas y que no tenían por norma aceptar como clientes a gente con esta alteración genética.
Además de la condena, Sanitas deberá publicar dos anuncios en diarios nacionales, pero el camino más largo por recorrer que le queda es el de recuperar su imagen pública.
De momento, ya ha declarado sobre la posibilidad de asegurar a personas con síndrome de Down, además de participar en varias iniciativas con respecto a la enfermedad. Lástima de no haberlo hecho antes.

lunes, 18 de febrero de 2008

Más Tierras para la Vía Láctea

Hoy he leído en la prensa que científicos estadounidenses aseguran que entre el 20% y el 60% de las estrellas similares al Sol de nuestra galaxia cuentan en sus órbitas con planetas rocosos capaces de albergar vida. ¿Estará nuestra galaxia preparada para aguantar a tantas "Tierras" como la nuestra? En fin, creo que el universo es demasiado grande para nosotros sólos, así que tanto espacio inerte no tiene sentido. Pero claro, ¿es nuestro planeta un modelo exportable de vida? Quizás sería mejor que todo visitante extraterrestre se abstuviera de intentar comprender que sucede aquí, ya que correría el riesgo de contagiarse de nuestra forma de vida.
Cada vez que una noticia de este tipo me llega a las manos, sin querer evitarlo pienso que nuestro planeta no es más que una célula insignificante de un todo al que ni siquiera sabemos que pertenecemos. (Reflexiones de un lunes espeso)
En fin, os recomiendo la lectura de Sin noticias de Gurb de Eduardo Mendoza. Un viaje social en clave de parodia dentro del cuerpo de un extraterrestre. Advertencia: puede provocar crisis de risa contagiosa. Abstenerse de leer en transportes públicos.