miércoles, 23 de enero de 2008

Google en formato humano


Brad Williams, un americano originario de Wisconsin, es capaz de recordar todo lo que ha vivido. Algo increíble, ya que recuerda lo que hizo, por ejemplo, el 23 de enero de hace 10 años. Una memoria prodigiosa que guarda fechas, nombres, imágenes y detalles de todo lo que le ha pasado. El mismo se define como una especie de Google para su familia. Y, precisamente, contra Google ha ganado un desafío de responder a 20 preguntas como "¿Quién ganó el Oscar a la mejor actriz secundaria en 1985?". El resultado final fue una clara victoria para William con 18 respuestas correctas unos 11 minutos antes que el buscador.

El hombre "Google" tiene una capacidad extraordinaria para encontrar en su memoria la información que busca. Aunque todos podemos almacenar información, la diferencia radica precisamente en su habilidad para dar con ella. Pero, ¿estamos preparados para soportar el recuerdo de todo lo que nos ha pasado?. Si pensamos en lo que recordamos como datos fríos es posible que lo resistamos, pero que ocurre cuando el recuerdo se convierte en emociones y sentimientos. Momentos desagradables o tristes o incluso situaciones apasionadas y alegres, regresan del pasado para vivirlas con la misma intensidad. ¡Qué estrés!. Afortunadamente, nuestro cerebro tiene mecanismos que nos hacen digerir, seleccionar, almacenar, borrar, descartar o filtrar todos los inputs que nos entran. Imaginaros que fuéramos capaces de recordar situaciones de dolor como si las estuviéramos sintiendo de nuevo. Hay cosas que son preferibles que se queden en el olvido.

lunes, 21 de enero de 2008

Prometedoras promesas

Con el horizonte de las elecciones generales en la cabeza, nuestra clase política se despierta cada mañana con el "yo prometo" en la boca. Todo un clásico en las carreras electorales que parece no variar nunca el guión. De hecho, en una buena campaña electoral, de ésas que consiguen el ansiado voto de los indecisos, el político tiene que dejar de serlo para convertirse en prometedor.
Un buen prometedor conseguirá que en cada meeting electoral su promesa se convierta en titular. Empieza el baile del paraíso prometido.