martes, 20 de noviembre de 2007

Cosas del cambio climático

Contaba la leyenda que en el embalse de Fervenza en tierras gallegas, cuando el nivel del agua bajaba, dejaba ver el campanario de la iglesia de una aldea que había quedado sumergida. Entonces, el viento era capaz de mover las campanas de la iglesia como antaño habían repicado. Ahora, después del otoño más seco que se recuerda, el nivel de agua del pantano ha descendido tanto que se ha podido comprobar que la iglesia ya no está allí y que efectivamente la habían trasladado, como la mayoría de casas de aquella aldea, a otras parroquias de la zona.
Es lo que tiene esto del cambio climático. No sólo destrozamos nuestro propio planeta sino que también destrozamos nuestro propio imaginario.

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