jueves, 10 de enero de 2008

Caso práctico de dictadura empresarial

"La empresa es uno de los raros reductos de dictadura que quedan en las sociedades democráticas y está pidiendo a gritos transformarse en espacio de libertad y de bienestar" Eso dice Koldo Saratxaga para una entrevista publicada en El País, un Vizcaino que se ha convertido en gurú empresarial tras revolucionar una empresa de autobuses como Irizar que ahora está presente en medio mundo. En la misma entrevista, Koldo sentencia: ""Los jefes están agobiados de trabajo porque no quieren ceder el poder de decisión. Tienen miedo y por eso se dedican a controlar, en lugar de estimular, facilitar y responsabilizar"

Amigos jefes del mundo, dejen de mirar el reloj para vigilar la hora de entrada y la hora de salida. No controlen el gasto de papel higiénico pensando que sus empleados se lo llevan a casa. No nos vendan que el agua que consumimos en horas de trabajo es un gasto superlativo en sus resultados anuales. No nos griten y amenacen como técnica de motivación. No nos traten como si fuésemos de su propiedad porque nos pagan un sueldo a final de mes. Así, es probable que entendamos que la empresa para la que trabajamos también es nuestra empresa.

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