martes, 18 de diciembre de 2007

Cenas de empresa

El mes de oro de la hostelería barcelonesa llega a su etapa final. No hay empresa que se precie que llegados los últimos días de diciembre no agasaje a sus empleados con una cena de navidad. Todos los restaurantes de todo tipo de condición cuelgan el cartel de reservado para que ante un plato de viandas y una copa de vino, el último en llegar, vea que su jefe (el que paga) come y se emborracha igual que él (o más). Es una de esas tradiciones de las que a veces resulta imposible huir. Este año, inevitablemente volveré a hacer oídos sordos a mi conciencia y acabaré asistiendo a la fiesta que la empresa organiza cada año. El año que viene tal vez no.

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