martes, 18 de diciembre de 2007

Propinas: ¿Qué opinas?

Después de que el Ministro Solbes levantara la polémica sobre la cantidad de céntimos que dejamos de propina cuando tomamos un café, la propina, por si misma, ha saltado a la palestra. Del latín propinare (dar de beber) ha evolucionado a dejar algo más de dinero que el coste del producto servido para beneficio del personal del establecimiento. Pero, ¿es necesario dejar propina? Parece ser que el uso se ha extendido como el medio de agradecer el servicio amable que alguien te ha prestado, pero ¿no se supone que ése es ya su trabajo? ¿Hay qué primar con dinero la eficiencia de quién ya cobra por ello? Según el país donde te encuentres incluso es una obligación y forma parte de los ingresos pactados del equipo de camareros. Poner el plato con el cambio en la mesa, esperar unos segundos más en la puerta en las entregas a domicilio o pedir si se lleva el pico de la cuenta en los transportes en taxi son pequeñas picarescas que esperan la gratitud ingenua de los consumidores. Tal vez, la propina debería volver a su origen etimológico.

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