jueves, 17 de enero de 2008

La paradoja del agua

En Barcelona, la sequía parece inminente. Si las danzas de la lluvia no dan resultado y no llueve antes de primavera, se pondrá en marcha un plan para traer agua de Almería. Una de las zonas más áridas de la península, que cuenta con la planta desaladora más grande del país, proporcionará agua a Barcelona. El transporte se realizará en barcos cisterna y si el tiempo no lo remedia parece que no habrá otra solución.

El Gobierno del PSOE ha impulsado 26 desaladoras para evitar el trasvase del Ebro. El objetivo es aportar 650 hectómetros cúbicos al año al litoral mediterráneo. Y aunque al final de esta legislatura sólo aportarán el 38% del caudal esperado, se trabaja para que en 2009 ya estén listas las nuevas plantas proyectadas y con un rendimiento mayor que el actual. De hecho, la planta de Almería tan sólo está funcionando al 15% de su capacidad. Y aunque parece que esta faraónica construcción había sido mal ubicada y no contaba con los recursos necesarios para transportar el agua que producía, ni tampoco había tantos consumidores ni el campo necesitaba tanto caudal como se imaginaba, ahora se empieza a dar uso al agua que se produce.

La paradoja del agua ya ha empezado. El desierto de Almería producirá agua para paliar el déficit de Barcelona.

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